15.01.2018

Durante las fiestas en diferentes países, en otros, como en Iran ocurrían eventos absolutamente no festivos. Así en Irán hubieron protestas por la desigualdad económica, que después han crecido a apuntar las figuras políticas más importantes como el líder supremo ayatolá Ali Khamenei y el presidente Hassa Rouhani. Como ha dicho Esmail Kowasari: “Si la gente saliera a la calle para los precios elevados, no deberían haber coreado esas consignas y haber quemado propiedades públicas y automóviles”. Desde la Revoloción Verde de 2009 este fue la mayor muestra de la insatisfacción pública en el país.

Ya que en Irán los medios de información masiva oficiales no presentaban muchos detalles y medios independientes tienen una cobertura muy limitada, las redes sociales fueron el medio crucial para muchos de los manifestantes para organizar sus acciones, así como para la población que deseaba adquirir información sobre las protestas. Incluso los mayores, que no suelen utilizar estos medios, preguntaban a los jóvenes, como conectarse o ver noticias en redes sociales. Los canales de Telegram fueron un medio principal para los manifestantes, es por eso, que el gobierno Iraní bloqueó esta aplicación de mensajería instantánea (pero todavía se podía acceder a la versión de escritorio de la aplicación).

Mohammad-Javad Azari Jahromi, el ministro iraní de Comunicaciones había acusado a canales como Amadnews de promover “levantamientos armados y disturbios sociales”, se hablaba incluso del uso de cócteles Molotov. (El Ministerio de Comunicación y Tecnologías de Información de Irán se encarga de las comunicaciones de todo el país en todos los ámbitos como Internet, servicio postal, etc.) Telegram por fin eliminó al menos un canal de la oposición, ya que contenía llamados a la violencia, pero se rechazó cerrar otros canales que fueron pacíficos. Como ha escrito Pavel Durov, el director ejecutivo de Telegram: “Consideramos que la libertad de expresión es un derecho humano innegable, y preferimos ser bloqueado en un país por sus autoridades que limitar la expresión pacífica de opciones alternativas” (“We consider freedom of speech an undeniable human right, and would rather get blocked in a country by its authorities than limit peaceful expression of alternative opinions”). No obstante, Telegram rápidamente ha hecho algunas actualizaciones y se ha vuelto a funcionar desbloqueado en el país (que es un poco sospechoso aún).

Además de Telegram, en Irán temporalmente fue prohibido Instagram, que es la otra aplicación más popular en el país. En 2009, cuando los manifestantes utilizaron Twitter para coordinar el Movimiento Verde de millones de personas después de la reelección del presidente Mahmoud Ahmadinejad, tras las acusaciones de fraude electoral, los líderes de Irán respondieron a la “revolución de Twitter” bloqueando el acceso a este y otros sitios de redes sociales (así Twitter, Facebook y Youtube todos están bloqueados aquí ahora).

Irán no es el único país con política de medios sociales así. Algo parecido ocurrió cuando en 2014, durante la Revolución de los Paraguas de Hong Kong, Beijing rápidamente anuló todos los informes de disidencia. El gobierno Chino, que controlaba y controla estrictamente Internet y redes sociales, bloqueo el acceso a Instagram y parcialmente a las aplicaciones populares de mensajería instantánea china como son Weibo y Wechat, que contenían mensajes relacionados con las demostraciones. Actualmente China es el país con la mayor cifra de periodistas encarcelados y el octavo país con la mayor censura.

Un otro país que suele tener un control total sobre su ciberespacio es Turquía, donde ya habían bloqueado los recursos de Wikipedia, Youtube, Twitter, Google, Facebook, WikiLeaks, etc., ya que eso les concede a las autoridades la ley, según la cual hay que restringir contenidos considerados como obscenos o amenazantes para la seguridad nacional. El grupo de monitorización de Internet Turkey Blocks (un proyecto creado para identificar y validar la censura masiva) ha informado también sobre los existentes filtros para restringir los contenidos de Internet accesibles desde el país.

Esperemos, que el acceso a la información, como los otros derechos humanos fundamentales serán siempre accesibles, por lo menos gracias a los medios de información independientes, como ahora lo son las redes sociales y mensajerías instantáneas (ya que se puede elegir también de otras alternativas, incluso más seguras, como es Pinngle, que funcionan libremente incluso en los países con restricciones).